sábado, 1 de enero de 2011

reglas de nomenclatura IUPAC pra nombrar compuestos organicos

El dar el nombre a un compuesto orgánico, trae como consecuencia un gran trabajo, por eso es que desde que esta se conoce, su principal debate fue darle nombre a compuestos orgánicos existentes para ese momento, como fue Lavoisier, uno de los que dio marcha en este trabajo. Pero a medida que el tiempo pasó  la IUPAC se ha encargado  de desarrollar ciertas normas para aplicar o dar nombre a un compuesto orgánico. Es aquí como empieza una breve historia de la evolución de la nomenclatura para nombrar dichos compuestos.  A mediados del siglo XIX, la química orgánica  estaba basada en una nomenclatura Binomial, la cual indicaba el tipo de composición y proporción de los elementos en un  compuesto, además de ser coherente con las teorías electroquímicas vigentes en este periodo. Para esté siglo los compuestos orgánicos conocidos estaban formados por grupos grandes de elementos aproximadamente sesenta. Para dar nombre a cada una de estas sustancias con la nomenclatura existente para ese momento, nada más se empleaba las raíces de los nombres de los elementos con un conjunto reducido de sufijos y prefijos. Las sustancias existentes para este momento, estaban formadas por una cantidad pequeña de elementos, entre los principales carbono e hidrogeno. Lavoisier, decidió  utilizar la posición en el término de las raíces que correspondían al Carbono (C) ó al Hidrogeno (H), y de esta manera indicar la cantidad de proporción de estos elementos en el compuesto, pero esté intento no se llevo a cabo dada la limitación  de variedades de proporción. Viéndolo desde el punto  de vista actual, podemos asegurar que para tener una terminología  sistemática, es necesario conocer lo que hoy día llamamos formula empírica, formula molecular y la estereoquímica de las moléculas orgánicas. La terminología de la química orgánica culmino el proceso de normalización, con la Conferencia Internacional de Ginebra Para la Reforma de la Nomenclatura Química, que se celebró en 1892. Participaron 34 países Europeos, los cuales sumaron esfuerzos para la nomenclatura orgánica, la cual terminológicamente químico era la que más problemas presentaba. Se adoptaron 60 resoluciones, entre las más importantes destaca, la adopción del sistema de nomenclatura sustitutiva, para dar nombre a los diferentes tipos de compuestos orgánicos. Ahora para nombrar un compuesto, se hace mediante una raíz que indica la longitud  de la cadena carbonada, la cual se considera como la estructura base, a la cual se le añaden sufijos y prefijos, los cuales indican las sustituciones, esta resolución también acordó el uso de los números griegos  para indicar la longitud de la cadena, con cierta excepción en los 4 primeros que mantuvieron las raíces (met), (et), (prop) y (but), las insaturaciones en la cadena  carbonada se señalan por medio de sufijos (an) (-en) (e) (-in), también hubo un acuerdo para indicar las ramificaciones  y para el uso del prefijo (ciclo)  para nombrar las cadenas cíclicas, después de llegar a cierto acuerdo con respecto al nombre de los derivados Hidrocarbonados, los sufijos y prefijos utilizados fueron, el sufijo (oxi) para nombrar los Éteres       ( acido –oico) para los ácidos carboxílicos (al) para los aldehídos (-ona) para las cetonas y (ol) para los alcoholes. Entre los tipos de nomenclatura, podemos decir que en la química orgánica la más utilizada es la denominada Nomenclatura por substitución, los términos que se acuñan a este sistema provienen generalmente  de las raíces procedentes de los numerales griegos, los cuales describen la longitud de las cadenas carbonadas, además de un muy complejo sistema de prefijos, infijos, sufijos localizadores numéricos y signos de puntuación, los cuales nos permiten describir las numerosas características del compuesto partiendo desde las insaturaciones o los diferentes enlaces de Carbono hasta la presencia de grupos funcionales o Heteroátomos. En esta nomenclatura, el nombre de un compuesto orgánico, se forma por la raíz que  indica  la longitud de la cadena carbonada principal. Esto no aplica para las cadenas de 1 a 4 carbonos, las cuales conservan el nombre vulgar utilizado tradicionalmente (met, et, prop y but). Para los hidrocarburos cíclicos también  conocidos como aromáticos, como por ejemplo, propio de este grupo “Benceno”, “Glicerol”, “Alcohol Salicílico” o “Geraniol”.  Los sufijos “ano, -eno” e “ino” son utilizados para distinguir entre compuestos saturados y compuestos con doble  y triple insaturaciones. Los grupos funcionales son nombrados como sufijos si estos se consideran, como GRUPOS PRINCIPALES y prefijo para el resto de los casos. La IUPAC, ha establecido ciertas órdenes para determinar qué grupo se considera como principal, y cual sufijo ó prefijo se condiciona para nombrarlo. Las insaturaciones, radicales y grupos funcionales, dentro de la cadena, se indica su posición por medio de localizadores numéricos. Lo cierto de todo esto es que la química orgánica, siempre va estar en un constante renovación, ya que desde que esta se empezó a estudiar, los químicos de esos tiempos, daban el nombre a los compuestos, según como mejor parecía, y a medida de que los siglos fueron pasando y nuevos compuestos fueron apareciendo, con ello también nuevas formas de nomenclatura, para así ser estos compuestos conocidos mundialmente, y con un mismo nombre para evitar las confusiones.